sábado, 22 de septiembre de 2012

Las raíces del pionero


En la yerma y socavada extensión de piedra caliza, no me hostigarán ni el armiño, ni la garduña.
Te verás obligado a trepar por mi mundo vertical.
La erosión impedirá que alcance el cielo.
El gélido viento de tus dañinas palabras, recortará mis álgidas crestas, aristas de nieves perpetuas.
Ensancharé el valle con el llanto de de la soledad de mi cumbre.
Llanto níveo, que arañará lo angosto, descarnándolo todo en ancha y profunda llaga, que mi alma de hielo cauterizará.
El escaso alimento me obligará a llevar una vida solitaria, y fuera del alcance de las nubes, como una mantis religiosa me solazaré con la proximidad del sol.
Con las raíces del pionero, engarzaré en la dura roca, el bello azul, acomodaticio, dulce y crepitante de destellos.
Y en la inaccesible provisión se que moriré.




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