miércoles, 31 de octubre de 2012

Muero sin morir

Si, me intentarás robar las palabras.
Te aturde el vulgar fornicio, y en los robos no sabes elegir.
Te ha llevado un racimo sin criterio, tengo mas, puedo conseguir mas, en mil idiomas, en mil lenguas, me haré entender.
No puedo ir a casa a descansar.
El proceso zaino de erosión no me tumba pero con el me resiento.
Con la velocidad de un rayo.
Con la lentitud de un rió saturado de meandros, que constantemente demoran, ralentizan mi cauce, hacia el deseado fin, porque en el fin esta el fundirme contigo, en la inmensidad oceana.
Transcurro entre la tormenta de daños y asediado por un ladrón de palabras.
Muy lento marcho, arrastrando un encaje de zarzas, abrazo de dolientes espinas, sobre el lecho de pétreas y cortantes lanzas.
Muero sin morir por el infinitamente postergado fin.




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