sábado, 12 de enero de 2013

Raído armiño


Inaudita audacia de hermanas de Satan.
Yo no perdono eso es prerrogativa divina y yo aunque muy perfecto aun no soy Dios.
Absolutamente cuestionable tu cacareada ética, con quien te conchabas, no me lo digas que ya veo quien es.
Rezaré por ti con la boca pequeña, pero pediré que no te permitan entrar en el cielo.
Miraré con lupa tus falsas gemas y el raído armiño que cubre tus hombros.
Tambaleante es el estar, el devenir y el sino del mentiroso.

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