jueves, 21 de marzo de 2013

Luis Julian


No se habla de los que han muerto en nuestro corazón.
En la aflicción solo se habla y conversa con los que en nuestro corazón están vivos.
No es lo mismo la vida terrena que la vida del alma.
En mi corazón mis amados nunca mueres.
Siempre es primavera para mi amado. 
Siempre hay rosas en mi jardín para el lucero del alba.
Eterna primavera de ángel que inmortal no cumple años en el bosque de eterno verde de sus eternos ojos verdes.

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