jueves, 24 de octubre de 2013

Ciegas de avaricia, ebrias de victoria

Cuando la mano blanca rasgará la maraña de embustes.
Duerme el sueño de los justos la justicia.
Reposa inerte en la tierra roja la palabra certera.
Será en la hecatombe de infantes cuando el corifeo despierte.
Molicie de adormideras, que abandona en la más mísera de las soledades, a la victima.
Jauría de lobas rabiosas e incultas, que el logro del santo ansían.
No veis baladronas, que están cegadas con mortero de cal, para vosotras, las puertas de la gloria.

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