jueves, 28 de noviembre de 2013

Rabilargos

El último y acre tufo a miseria.
Antes de marchar aspiraré el viciado aire.
Frente a los columbarios.
Mi nueva morada.
Angosta y soleada.
En la ciudad de silencio.
Donde los intereses no existen.
Donde solo existe el silencio.
De urracas, rabilargos y cuervos.

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