viernes, 22 de noviembre de 2013

Sin desván

Tenemos que abrir las puertas del desván.
Tenemos que poner luz sobre lo que guardamos.
Tenemos que eliminar su toxicidad.
Tenemos que hablar.
Tenemos que derribar la trastienda.
Todo ligero y trasparente escaparate.
Así ni engañaremos.
Ni nos engañaremos.
Sin nada guardado, sin nada escondido.
Se vuela libre y mejor.

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