jueves, 21 de noviembre de 2013

Violáceo

Con sus pasos de amarilla cautela entro en la alcoba.
Eran las últimas horas y tocaba despedida.
Fue el último gesto coger sus manos, besarlas, besar su frente y sentir su fiebre.
Y respirar el aire  que ella acababa de respirar.
Fue entonces cuando el amarillo se hizo violáceo, pues al morir ella, algo dentro de él también moría.

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