miércoles, 23 de abril de 2014

Capsula de provinciana gloria


Temo las mañanas grises que apagan mi espíritu.
Temo el circo y la fanfarria que enfervorece al simple.
Temo al ignorante con una vara de mando.
Temo el rió de la procesión.
Y el soterrado nido de viboras bajo el alba.
Y la fila de harpías ilustres que marca el paso.
Actos sociales para descargar la plúmbea atmósfera del diario malestar.
Sones que hacen que el sometido vuelva a saciarse de vanidad.
El fuego no siempre es purificador.
La lluvia no siempre lava.
Sin naves no se conquista el nuevo mundo.
Y con la protección del cíngulo de malditas piedras.
No se crece.
Nada cambia.
Nichos eternos.
Capsula de provinciana gloria.
Decorado para mil historias.
Historias de otros.
Campos sin campañas.
Castillos de opereta para la escenificación de foráneas batallas.



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