lunes, 21 de abril de 2014

El grueso de las veces enseñamos lo dientes para morder

¿Quien cree que puede pastar solo un cordero en la penillanura?
¿Pueden solos moverse los vulnerables en el campo abierto?
Sin la protección del armado pastor.
Es la tranquilidad un peldaño sudado.
Es un entente de fuerzas.
Solo se contrarresta la amenaza con la anticipada defensa.
Es demagogia barata o intención de favorecer al mal.
El proponer relajar las defensas.
Quien no preserva es avasallado.
Quien su poder no exhibe es invadido. 
Quien pudiera enseñar los dientes solo para reír.
El grueso de las veces los enseñamos para morder.
Como no vamos a pagar un ejercito las ovejas indefensas.
Como no vamos a tener guardianes del orden.
El universo tiende al caos.
Y el hombre por sus espurios intereses a esclavizar al hermano.
Tiene mi reino fronteras.
Tiene mi reino ejercito.
Y yo manso cordero no le temo.
Porque es mi mastín. 
Es amigo de mi pastor.
Solo temo a la jauría de lobos extranjeros.
Solo temo a la zorra delincuente.
Solo temo al ladrón de grano.
Solo temo al envidioso pirómano. 
Que quema por erostratismo mi valle y me priva de los verdes pastos.


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