jueves, 10 de abril de 2014

Nadie olvida, pero solo algunos perdonan

Se infectan las esquirlas de la deflagración en mis manos.
Metralla para aniquilar rosales.
Llora el corazón del rico en piedades.
Y el pobre incendiario festeja el delito y la pena.
Es mi sino el ayudar.
Es mi sino tener heridas las manos.
Es mi sino sentir piedad del corazón herido.
Por eso corro al valle de los caídos.
De los que rinde el fuego.
Campo de segadas rosas.
Campo infierno.
Campos que mañana con el sudor del herido.
Campos que entre metralla.
Producirán mañana para todos trigo.

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