viernes, 13 de junio de 2014

El castigo de mi obscura eternidad

Es mi hermano el que no duerme.
Hermano de infortunio y drama.
Es mi igual el que duerme empapado en tormentas de sudor.
Es como yo el que busca brazos que acunen su vigilia.
Es duro reconocer iguales en las noches largas.
En las pesadillas que no se esfuman.
En los ojos irritados y cansados del esfuerzo que es intentar dormir.
Cuando todos duermen, yo en el castigo de mi obscura eternidad desenredo el mundo,
construyo puentes, enlazo lo desenlazado y desato lo que para siempre se había atado.

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