viernes, 27 de junio de 2014

Horas de paraíso, días de infierno

Soy uno de los aparceros de tu ebúrneo cuerpo.
Soy poco, muy poco.
Y asumo poco a poco tus presencias y ausencias.
Horas de paraíso, días de infierno.
Para cuando se apiada tu cuerpo de mi hambre, ya me había habituado a vivir hambriento.
Bucle de despiadado complacer para recordarme lo que voy a volver a perder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario