sábado, 29 de noviembre de 2014

Ya llega el día


Remoloneo en la pereza de la oscuridad.
En el corto mundo de la ausencia.
En el familiar mundo de los ausentes.
En el luminoso sol que aun no ha nacido.
En las peleas de gatos del alba.
En los gritos del celo de la gata en disputa.
Remoloneo en el confort de un mundo sencillo y cálido.
De un mundo intangible que me gustaría prolongar.
Empieza el día y fenece mi noche en el incendio del inclemente sol.
Fenecen mis príncipes en las llamas de la infernal realidad.
Donde nada de lo que tengo en sueños, está.

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