jueves, 9 de abril de 2015

Tazas de dulce café amargo

De preciso, de recio y de precioso.
Bailan las letras y bailan los números.
Y bailan emparejándose en tumulto de desorden o de nuevo orden.
Todo se desdibuja y lo primero en perder fuerza es el contorno.
Mudable estado donde mudar es sino y obligación infranqueable.
Desmatizados, decolorados, desalmados, nos volvemos viles.
Nos hacemos torpes alfeñiques, remedos de lo que fuimos.
Edulcorado café amargo, en el que precipita el dulzor tras tanta saturación.
Todo tiene un limite, hasta que eliminamos el limite.
Despertemos al inmenso mar a base de tazas dulces, de amargo café.


No hay comentarios:

Publicar un comentario