viernes, 31 de marzo de 2017

En la selva de Cassandra Vera


Hay algunos que sólo se mueven con el ánimo de ofender, con el norte de herir, de causar dolor.
Las palabras escritas de estas mentes enfermas, hacen mucho daño y crean escuela, enseñan el zafio camino del odio, y odiar no es nada sano, no es nada digno, es muy poco edificante y es muy cruel.
Se arremolinan muchos en torno a la cruel chanza, alrededor del humor negro y la mal llamada sátira. Nunca debería salir gratis herir, esparcir cizaña, sembrar odio, y crispar al pueblo y azuzar en él, deseos de venganza, de revancha, de bando.
No es libertad de expresión, el insulto, la befa, la mofa que incita a agredir, a hacer escarnio del que en el ejercicio de su libertad decide pensar distinto, creer distinto, amar distinto, tener una visión geopolítica del mundo distinta.
Nuestras esferas de libertad deben convivir, debemos respetar las esferas del otro, evitar cercenar la libertad de los otros, debemos evitar hacer crecer nuestros derechos, menguando los del distinto.
No estamos llamados a ser iguales, pero la ley nos protege a todos por igual de las agresiones.
Es tan raro, pedir respeto, pedir para mi lo que tú, das a tu correligionario. La libertad paga un peaje y ese es el cumplimiento del ordenamiento jurídico, sin ley no hay orden, sin códigos éticos no hay futuro, sin moral no hay convivencia en paz.
Vive y deja vivir, no ofendas y no te ofenderán, no delincas y nadie, ningún tribunal te condenará.
En la selva no hay libertad, sólo hay barbarie y libertinaje.

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