lunes, 10 de julio de 2017

LA PRIORIDAD URBANÍSTICA NO ES CONSTRUIR, ES ARREGLAR LO QUE YA TENEMOS


«La prioridad urbanística es arreglar lo que tenemos, no ampliar la huella y con ello cargarnos el entorno. En urbanismos, menos, siempre es más»
-Detrás de un derribo hay motivaciones muy distintas. No es lo mismo demoler para sustituir viviendas en mal estado, que el problema de restaurar la legalidad urbanística. En este último caso, la clave es hacer que las leyes sean efectivas, que se cumplan y que orienten el crecimiento de los municipios. Para eso hace falta una actitud de vigilancia, estar atentos, y rendir cuenta de nuestros cargos, desde la vocación de servicio que es la política se debe vigilar, en aras de la transparencia y la legalidad, no por el lucro, el amiguismo y la especulación. Las sanciones son el último recurso pero no se deben desdeñar, no bebemos facilitar la conducta delictiva del urbanismo sin norma y prevaricador, y la demolición es la ultimísima acción, cuando todo ha fallado y el impacto es muy grave. Una ley no es operativa si no es respetada por la población, y el respeto tiene que estar salvaguardado de forma coercitiva. Pero yo quiero ser positivo y también veo dentro de la disciplina urbanística una labor pedagógica que es muy importante, que consiste en convencer a los ciudadanos de que cualquiera, si se preocupa, puede cambiar las normas de su territorio, porque además van a influir mucho en sus vidas en el futuro, en la conservación de un hábitat que en el siglo XX y XXI nos estamos cargando.
-Los planes urbanísticos no caen del cielo, deben ser fruto de un sesudo consenso, no de la especulación sobre el suelo y la arbitrariedad. Lo que está en juego no es que alguien desde arriba decida lo que se puede hacer y lo que no, sino que la comunidad elija sus prioridades, que espera del futuro, los riesgos de construir en el monte, son los grandes incendios y la esquilmación de acuíferos. Es importante que la gente esté atenta y haga escuchar su voz, voz sensata, pero ojo, la de todos: los vecinos, los empresarios, los ecologistas... Siempre digo que un plan urbanístico es como una Constitución del municipio, y será mejor cuanto mejor se conviva. Y, claro, será más antipática si la gente se considera ajena y siente que se hace política con el urbanismo y se especula con la construcción..
Los nuevos usos, y el descontrol municipal están degradando nuestros pueblos y nuestros monte, nada produce más impacto en un enclave natural, calificado de suelo rústico, que una construcción ilegal.
Yoransel de Omatog

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