sábado, 7 de octubre de 2017

Síndrome de inabordabilidad


No es fácil hacerse entender, no es grato sentir que no te entienden. Ver, como tú te empapas de sus miserias y las digieres y diseccionas, brindándoles tras el esfuerzo, comprensión y soluciones. Y mientras, tu pesar no es ni abordado, ni lamido para abarcarlo y así almibarar al menos, la angustia de tu aislamiento.
No es fácil arar el pedregal de la indolencia, sentir el inclemente frío de la cizaña, la soledad entre la multitud y su zafio y lacerante roce.
Por eso impongo distancia, por eso soy altivo, por eso sonrío herido de inabordabilidad.
No puedo tener mácula, pues nada me roza para mancharme. Impermeable al desaliento, animo a quien me desanima y construyó con el vilipendio.

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