sábado, 30 de junio de 2018

Gudena


No todos están preparados para interpretar señales. El futuro está en los posos del café, en las horas de vigilia intentando encontrar la salida, o quizás la entrada de la vía de agua que hunde la nave. Los sueños son la materia prima del éxito, son una gema en bruto, que la laboriosidad debe facetar.
El talento en bruto, es solo eso, perfecta cristalización sin brillos, pero sin la optimización del esfuerzo, solo es materia prima, que regalamos a otros si decidimos optar por la inacción, por enterrar el legado, la herencia que nos entrego la genética. Trabajar, trabajar, esa era la realidad de la Calle Real de Tiendas.
Gudena, las supo interpretar y ante la necesidad y la demanda, si hizo necesaria y vendió su talento, desde el interior de lo anhelado, se hizo un hueco en el sistema por el que a nuestros vástagos legamos nuestro sudor, nuestra rutina, nuestro tesón, posición. Se hizo un porvenir, para ella y para Ger.
El mañana no existe para nosotros, el mañana existe sobre todo para nuestra prole. Por eso es tan importante generar futuro, generar la vida que disfrutará del futuro. Así es como cobra sentido el abnegado esfuerzo. Casa matriz en la que hemos derrochado nuestra sangre, sangre que llevará nuestro nombre y se expresa con nuestras palabras. Obra de nuestras manos, obra de nuestros ingenio. Seres que tienen el brillo de nuestra avispada mirada, la picardía de nuestra sonrisa, el ademán de nuestro ímpetu, nuestra ansia.

La Casa Colorá


Las construcciones aisladas de Convites, en su parcela, mayor o menor según el gusto y posibles de la saga, no sólo tenían la casa principal, muchas de ellas contaban con construcciones anexas; como casa de guardeses, casas menos discretas para algún hijo, gallineros, establos y algunas contaban incluso naves almacen. Tenían todas su aquel, como construcciones decimonónicas que eran, pero no llegaban al ringurrango y al copete de las del Risco de Infantes, zona residencial de los hacendados y nobles de San Pablo de Veragua. Aunque el terreno elegido para construir, por los grandes apellidos, era de peor calidad por su orografía, pues era de muy acusada pendiente, sus vistas sobre la Villa, la catedral y la bahía eran imponentes. Aparte de que el Risco de Infantes y los palacetes palladianos que lo salpicaban, se podían ver desde todas partes, incluso desde Las Lomas de Convites. En las noches cerradas los palacetes de Infantes, lucían como enjambres de luciérnagas en el manto negro del Risco de solana, donde se ubicaba el barrio de veraneo de nobles.
La Casa Colorá de La Chalota o de Los Faustos, siempre estuvo pintada de rojo, de rojo inglés, con el recercado de puertas y ventanas, de cornisas y esquinas, en color albero. No se pintaba todos los años, pasaban siete e incluso más de ocho años hasta que se afrontaba el volverla a pintar. Y según se deterioraban los colores y se oxidaban los pigmentos, por la meteorización del sol y las lluvias de otoño y primavera, la casa iba virando hacia un tono uniforme y rosado. La verdad sea dicha, es que nunca había estado tan rosada como ahora, nunca La Casa Colorá se había decolorado tanto, entre el verde perenne del camino de pinos que flanqueaba la entrada.

viernes, 29 de junio de 2018

El Barrio de Convites


Gudena no tuvo ningún problema en amamantar a Ger y a Fausto, el hijo póstumo de Don Fausto de Azaba. El hijo de La Chalota, que enviudó ochenta y tres días después de desposarse, con el rico tendero, con Fausto, hijo de Fausto y nieto de Fausto.
Los Faustos, como los llamaban en San Pablo de Veragua, eran una rica y huraña saga de tenderos que llevaban generaciones acumulando patrimonio, pero sin sucumbir a la pedantería y al engreimiento, que produce el dinero cuando se te sube a la cabeza. Eran muy ricos pero vivían en su casa de siempre, con las comodidades de siempre y relacionándose nada, como habían hecho siempre. Eran autosuficientes, fieles y muy conservadores, jamás hicieron ostentación de nada, siempre habitaron La Casa Colorá, como la llamaba todo el mundo en San Pablo, una casa grande con terreno alrededor, en el barrio nuevo de comerciantes, en el barrio donde vivían los tenderos de siempre. Un barrio que surgió como lugar de segundas residencias. En el siglo pasado estaba a las afueras de la urbe, en una zona de pinares, de bosque abierto de pinos piñoneros, que con sus copas redondeadas daban sombra a la suave orografía de la zona, a sus pastizales. En ese paraje comenzaron a construir casas aisladas, los enriquecidos, para compensar el hacinamiento en el que vivían en la Calle Real de Tiendas, donde estaban casi todos los negocios de San Pablo. Calle de casas de solares estrechos y profundos, y construcciones muy verticales. Casas en las que no quedaba claro donde terminaba el negocio y empezaba el hogar. Por esa razón, muy pronto los pudientes, los que podían y se casaban y emparentaban entre ellos, comenzaron a levantar sus segundas casas, casas en las que celebraban sus bodas, sus bautizos, sus pedidas de mano, sus conquistas. Por eso, pronto el pueblo comenzó a llamarlo Barrio de Convites, nombre que dura hasta hoy.
Con el correr de los años y con el adoquinado y ensanchado del camino de las Lomas, toponímico del adehesado paraje donde estaba el Barrio de Convites, los tenderos dejaron de vivir encima de sus negocios y talleres, y terminaron morando de forma exclusiva entre los pinos de Las Lomas. Fue un cambio en su estatus social, que no en sus hábitos y costumbres.
En el Barrio de Convites había una treintena de casas, construidas en unas parcelas de al menos dos hectáreas, separadas unas de otras por muros de piedra seca. Los arrabales de San Pablo, fueron creciendo y rodeando Las Lomas, enquistando el pinar y sus treinta casas, escenificando aun más la zonación social.

jueves, 28 de junio de 2018

Tiempo de mariposas


La fortuna es malabarista, es diestra en sobresaltos.
En los nuevos tiempos, la insensatez garabatea estropicios en la piel de la doncella.
Verdosas tintas, del estanque de la miseria.
Es urgente sobreponerse al estrago, al bocado feroz del destino.
Nada es eterno y nuestra breve estancia en el vagón del tiempo, sólo sabe a hiel.
Los iluminados buscar abarcar, abrazar el entendimiento, el legado ingente que amasaron los constantes.
Carne de cañón de las horas de asueto, es el peón, la figura necesaria, pero también la más prescindible.
Otros llegarán y con la misma estulticia, ocuparán su sitio, son maleables, predecibles, manipulables.
Era y sigue siendo un erial de ingenio el valle.
Era y sigue siendo un nido de víboras.
La fortuna es funambulista y camina bajo el sol cegada por sus destellos, camina por los alambres que cruzan los abismos, venciendo tragedias, alcanzando sueños, o segando trayectorias.
La fortuna escribe circo y escribe tragedia, y ningún cuerpo escapa a sus labios de seda, o al dolor del zarpazo de sus garras.
Nuevos tiempos, que deparan los mismos presentes.
Tiempos de lobos y de hienas.
Tiempos de mariposas.
Tiempos marcados por el ritmo de la irrefrenable pérdida.
Todo llega para marcharse, nada llega sin el norte de irse.

Culebrinos relámpagos


De culebras y de culebrinos relámpagos.
Meteoros que preceden al estruendo.
La luz precede al mensaje.
El alarido a la soflama.

miércoles, 27 de junio de 2018

Gervasio Manuel


Gervasio Manuel Aceituno Maqueda, nació con La Gran Hambre, pero no la sintió. Su madre, pudo darle de todo, gracias a que servía en casa de La Chalota, en el postinero Barrio de Convites.
Entró en La Casa Colorá con el nacimiento de Ger. La Chalota, o Doña Benita Postuero de Robledillos, trajo a su vástago entre fiebres y dolores, lo trajo y de milagro nació vivo, lo trajo pero a ella no le subio la leche y de urgencia tuvieron que buscar puerta a puerta por el Arrabal de Mamertos, una madre dispuesta y de ubres grandes y ahí es donde le empezó a sonreír la fortuna a Gudena, en el día de San Bertol, un 23 de Agosto, nueve meses después de la desgracia, de que la desgraciaran. Tanto fue el cántaro a la fuente, que terminó por romperse, y el que lo rompió se desentendió y Gudena apechugo con la barriga, tras la monumental bronca de su casa, en cuanto comenzaron a ver que esta le crecía, sin aparente razón y a pesar de que ella se fajara.
En el Arrabal de Mamertos, no era ninguna gran tacha, quedar preñada, quedar en cinta sin estar casada con un varón, o sin saber con certeza el varón que te quedaba preñada. Gudena, fue una más de las que aprendieron pronto a jugar a mayores en los descampados, una más de las que jugaban a esconderse en las cuadras para que las montaran. Sin ir más lejos sus dos hermanos mayores, no eran hijos de Antonino, su padre, eran hijos de antes, de antes de que el paciente Antonino, apencara con su madre, una lagartona de costillares anchos y patas cortas, pero muy viva, de la que ella, no había heredado absolutamente nada.
Gudena, a pesar de la necesidad creció saludable, sonrosada y esbelta, salía a Crisanta, su abuela paterna, que era lechosa y muy alta. El abnegado Antonino, se deslomaba para traer cuartos a casa y la avispada Milagros, hacía lo propio por su parte, usando de todos los recursos a su alcance, para que su prole no pasará hambre. Eran siete bocas; Gudena, Pascasio, Melchor, Andres, Rita, Antonino y ella, pero a pesar de la necesidad que les rodeaba, siempre había un plato abundante en la mesa y provisiones en la despensa. La necesidad aviva el ingenio y ella era paticorta y recia, pero también muy ingeniosa.
Milagros, administraba muy bien los pocos recursos y si no había los inventaba. Conocía todas las verdolagas comestibles que crecen en cunetas y regatos. Conocía todos los bichos del monte y de la playa que se podían comer y siempre hacía un hueco en su día para ir a buscar cabozos, caracoles, lapas, pescar cangrejos o camarones con sus salabares, lo que fuera, para que en su casa comieran y si sobraba, poder vender y trapichear con todo lo recolectado y afrontar los imponderables que pudieran surgir.

martes, 26 de junio de 2018

Fotografías para frenar el olvido


La vida es efímera y no somos realmente conscientes de ello, hasta que nos atropella violentamente la pérdida.
Somos frágiles, contenedores muy frágiles de vida, bellos cuerpos que el tiempo va marchitando, va venciendo, va curvando y doblegando.
La vida nos doblega y en el último instante nos quiebra y ese mismo instante comenzamos a desvanecernos, a diluirnos. Claro que no es lo mismo diluirse por senectud, que quebrase con el estrépito que se quiebran las bellísimas porcelanas, generando un río de desolación que hay que paliar, con el arma que tenemos a nuestro alcance, con la instantánea, el fogonazo que congela el último instante, que hace más fácil el recuerdo, más llevadero el pesar, la pena negra de perder el futuro, la tersura del infante, nuestro abnegado legado, esos ojos de fuego que ya no volverán.
Fotografías que rompen el ciclo de la descomposición, fotografías que frotamos contra nuestro pecho, pecho en en el que aún nos late el corcel herido, el corcel que en el amado se paró. Fotografías melifluas o descarnadas que rozan hasta desgastarlas nuestros labios. Fotografías sobre las que galopan nuestros dedos, acariciando lo que ya la tierra engulle. Instantáneas de lo que ya es tierra húmeda, fértil y parda.
Fotografías de muertos, fotografías para frenar el olvido. Daguerrotipos que viven en los cajones, en los portarretratos de plata, en los misales, en los medallones de oro que cuelgan de los dolientes cuellos.

La Mala Perra


Me he despertado sobresaltado por los graznidos libidinosos de la turbia.
Ralea ebria que ensombrece los días de gloria.
Vive su estelaridad de virulenta borrasca, hinchando el papo.
Buche insaciable, que macera mantecas con alcoholes.
Pollino, saciado en la vulgar demasía, que proporciona el gusto mísero.
Tanto de tanto y todo tan necio.
Tiempos de urgencia, de delirios de monda, de calentura de alcahueta.
Se recuecen los diviesos de la entrepierna, de la pelambrera rasurada y de sombras muy negras y recias.
Es automatismo, el norte del beodo tocino.
Brillo de torrezno y de afeites de panceta.
Iridiscencias de frite y ramalazos de caldereta.
Estelaridad de cuchitril y de aciaga vileza.
Son tiempos de narcóticos, engullidos con vinazos.
Traga y traga la ramera, tarascón de potasa.
Nunca se olvida la corrala, el cubil donde nos parió, La Perra.
Nunca se borra, ni se está lo suficientemente ciega, para olvidar el lupanar donde preñaron a La Mala Perra.
¡Acariciame hampón¡ berrea la hiena.
Se rozan los preñados buches, en la tramada componenda.
Tierra de nadie, erial de todo, vulgar soba, con olores de adobo.

domingo, 24 de junio de 2018

Ligero tras el incendio


Purgado tras la noche mágica.
Ligero tras el incendio.
Suave tras desprenderme de tanta lacra.
Hoy arde el cielo.
Anoche ardió la luna.
Y vuelvo a vagar para atesorar nueva morralla.

sábado, 23 de junio de 2018

Hogueras de San Juan


Quisiera oir campanas, doblar a muerto, ver como la Parca siega infiernos.
Quisiera que el fuego, arrasara con el necio, con el zafio, con el vular y tuerto.
Quisiera ser profeta en esta noche mágica y escribir la tragedia de los que osaron calumniarme.
Quisiera y quiero que mañana al amanecer no existiera cizaña entre el trigo.
Veo el alma del desalmado y lo único que quiero, es prenderle fuego.

La demografía del ocaso


La demografía del ocaso.
Vivimos tiempos de colonos, tiempos donde los que construyeron las grandes urbes y el bienestar están rendidos, están postrados al arribismo descontrolado de los que no vienen a empaparse de nuestros códigos éticos, ni de la cultura que nos hizo grandes, sino a imponer su atavismo tribal.
Vivimos tiempos sin cargas, tiempos sin hijos, sin futuro, sin la prole que al tener nuestra sangre preservaría nuestro modelo de sociedad.
La pirámide poblacional se desgasta en su base, se queda sin asiento. ¿A quien legaremos nuestros valores? Esos que están amenazados, hasta por los progres que están dentro de nuestras fronteras.
Vivimos tiempos difíciles, en los que aturdidos, no somos realmente conscientes, de la que se nos avecina. Tiempos donde todos los pilares de Occidente están en entredicho, donde está en jaque toda nuestra garantista sociedad, nuestra protección a la infancia, al diferente, a la tercera edad.
Tiempos nuevos, donde nuestro Dios no cotiza al alza, en la marea de políticos mediocres, de ramplones dirigentes rendidos al corto plazo y a la maquillada xenofobia a lo patrio, xenofobia al cristiano, xenofobia al que siente su acervo como un bien raíz a defender, como el valor fundacional de la Vieja Europa que agoniza entre estertores, de falsa y televisada caridad.
Tiempos de invasiones bárbaras, como las que condujeron al Imperio Romano a la oscura Edad Media.
Todo es cíclico y el ciclo del bienestar relata postrimerías.

Demasiados infiernos he atravesado


He amanecido encharcado por la humedad de lo contiguo.
No soy impermeable, soy permeable al desaliento.
Ósmosis que me hace plúmbeo, que moja mis alas.
Zarzales de desanimo que me cercan y enredan.
Son tan inalcanzables la perfectas esferas, las ansiadas e inalcanzables mieles del éxito.
Es muy fácil caer y no volver a levantarse.
En esta pelea por la gloria es muy fácil rendirse.
Demasiados infiernos he atravesado para decidir morir desalado en uno de ellos.

viernes, 22 de junio de 2018

Titubear


El destino genera ansiedad, genera rendición,
Sin saber lo que hay en la otra vida,
quizás deberíamos pelear más en esta.
Titubear anula el ingenio.
Dudar genera inacción.
Con sigilo pero en marcha constante.

jueves, 21 de junio de 2018

San Juan y el fuego


Desear es la mitad del logro.
Predispuestos a sentir, se termina sintiendo.
No hay placer sin abnegación.
En la noche inmensa quemare palabras.
En la calma de la claridad que se resiste.
En la luz que no se evapora por muchas horas.
En las hogueras de la evanescencia, de lo efímero y que estorba.
El fuego nos hace libres, nos libra de cargas, de desvelos que son plomo en las alas de deseo.
Liberados tras quemar lo que hemos logrado y nos ancla, lo que compramos como eterno y hoy es sólo cadena que nos ata a una tierra.
Ávidos de vivir en las nuevas cumbres, de otear el mundo desde las cimas.
De vivir ciméramente y sin molestas cargas.
Desván de trastos que el fuego borrará.

miércoles, 20 de junio de 2018

Corredentores televisivos


Corredentores televisivos, que reparten pan de los graneros rapiñados.
Correligionarios que no creen en Dios, pero que piensan que ya proveerá el sudor del justo, mañana.
Botín de guerras cianitas, donde el trabajador costea la pitanza de una estela de garrapatas.
Sólo se puede saquear lo pleno, por eso nunca es asolado el solar vacío.
El dinero ni se crea ni se destruye, sólo cambia de manos.
Manos sucias que van al pan, al pan que amasaron las manos limpias.
Que fácil resulta hacer caridad con lo confiscado, con el esfuerzo robado, con el tesón del fértil.
Confalonieros de caballos de cartón fallero, que emprenden batallas fratricidas.

martes, 19 de junio de 2018

La democracia no ampara delitos


Resolver problemas, no es dar el brazo a torcer.
No es claudicar, no es ni ceder.
Tememos la enquistación, pero el cuerpo maligno más fácil de extirpar, es aquel que se ha enquistado.
La democracia no ampara delitos, ni anhelos delictuales.
Los guiones no son de parte, son marcos jurídicos en los que se conduce el que hace ruido y el que no lo hace.
El amedrantamiento, el acobardarse, es una claudicación, es una derrota que abre una vía de agua y aboca a la nave de la ley, a naufragar.
Al cáncer no se le mima, ni se le riega, ni con el se tienen contemplaciones, se le extirpa o combate sin conmiseración.
La perversión, aunque sea la perversión del sistema hay que arrancarla de raíz.
Uno no se hace amigo de la sarna, ni con ella se permite ni compadrear, ni chalanear.
No es no, y no entiendo que parte del no, no entienden, los que vulneran la ley.
La ultracorreción ampara tristemente la ilegalidad, porque el ser pusilánime consiente que la ley se doblegue al ilegal.

Tocado para acaudillar


El ritmo de nuestros pasos nos distancia.
La compañía que marca el ritmo nos hace distintos.
Nos creemos distantes en las escalas.
Talentos que no sólo nos marcan y señalan, si no que posibilitan la escalada.
Acumulamos para ser, nacemos casi siendo, herederos de peanas y estatus paternos.
No podemos ser iguales aunque nos igualemos.
Vimos acotados, en las cotas, en las zonas, altitudes y latitudes de miseria o bonanza.
Es la zonación del mundo tan intrínseca a él, que todo tiene su nicho, que cada cual es un eslabón en su cadena.
Libres para seguir los pasos del líder, para caminar junto a poderoso, o para empoderarnos en el llano y liderar las revueltas del futuro.
Todo está trazado y a la vez está por trazar.
Esa es la libertad ser cabeza de ratón, cola de león, o embrión de la bestia que todo lo desajustará, para crear un nuevo orden, muy similar en apariencia y en esencia al orden de diferencias y distancias que hay en el actual.
Somos el estética, ética y tesón.
Somos difusores de promesas o los que se dejan seducir por los que prometen.
Flautistas que llenan plazas, que nos conducen a precipicios, o que nos seducen cuando estamos abocados a precipitarnos, siendo nuestra tabla de salvación.
Divina y maldita humanidad, que eres capaz de la mayores proezas y de las más abominables bajezas.
El grueso es vulgar, maleable, acomodaticio, pero ay, del que nace tildado y no genera bonanza, del que nace tocado para acaudillar y no mueve un dedo para generar divina humanidad.

lunes, 18 de junio de 2018

El futuro de Europa


El futuro pasa por la superación de los nacionalismos, no es la lengua la que da entidad a Europa, su entidad estriba en el código ético y de pensamiento, que conforma nuestro estado de la solidaridad.
No podemos renunciar a borrar mediocres fronteras, en un tiempo tan global, que nos atropella con el vértigo de lo que nos viene.
Nos viene grande el mundo, por nuestra excluyente endogamia, nos viene grande, pero estamos en él.
Ser blanco es un valor que se diluye, y que solo el Mediterráneo y sus ribereños hace siglos entendieron, sólo la Europa del sur fue permeable a África, sólo el mar común y nuestro, permitió esa fusión.
El futuro todo lo decolora, todo lo uniformiza, y Europa se desangra en su elegida comodidad, en su elegida soledad, en su esterilidad opcional, sin hijos no hay futuro, y sin remplazo generacional el futuro es foráneo, es marea de pateras que a través de la ósmosis del mar, colonizarán el mañana que ya no nos pertenece, porque nuestra genética y legado está muriendo hoy. .
Ni la más férrea de las murallas garantiza la estanqueidad. No hay nación que no necesite mercenarios y a través de ese peaje llega la aniquilación.

domingo, 17 de junio de 2018

Niños de las estrellas


Niños de las estrellas, seres que nacen con el estigma de caminar varios pasos por delante de la humanidad. Construir futuro es generar herramientas, palabra que definan la nuevas mañas.
Nacer bañado de luz genera rechazo, genera cárceles para encerrar la luz que señala las taras de la poco evolucionada humanidad.

Felicitando el fin del Ramadán


Me he despertado rebozado de luz del aun no nacido estío. Soñando que los relojes no desandan segundos, que la horas perdidas no vuelven, que para decidir, es siempre tarde, mañana.
He soñado con la guerra de hoy, con la inquina de los arribistas, con los lobos enharinados, con la caridad de pacotilla y los aspavientos del psicópata, que por el legal atajo arribo a la cumbre.
Vivimos tiempos incendiarios, de mediocres que buscan banquete, de tribunas abiertas a la soflama.
Vivimos estertores de fin de ciclo, de bienestar herido de muerte, tiempos de hemorragia en sabana, rojo rutilante que hace hondear banderas.
Es ya imposible parar la permeabilidad de un mar en el que se libran batallas, contiendas con sesgo, alharacas de mal gobernante, teatro de pusilánimes, que guionizado llega a nuestras cajas tontas, a esas que nos lo dan todo digerido, mascado y que nos atontan.
Tiempos de mafias, de mercaderes sombríos, de patrias en las que occidente enredada, desordenando desordenes, generando ira, caos y miserias. Es imposible sembrar primaveras, convertir una religión de contienda en una balsa de amor, es imposible comparar profetas, enfrentar a quien sólo sembró amor, con quien sacrifica a sus hijos cargados de metralla en la deflagración de una Guerra Santa..
Dios, no es sólo un jefe etéreo, que desde todas partes nos vigila. Dios, es un código ético, unas reglas de juego. Mi Dios es empatía y comprensión, pero todos los Dioses no son iguales, ni tratan a su pueblo por igual, hay Dioses que promueven la guerra, que inoculan aniquilación, que siembran venganza.
Pensar nos hace críticos, nos hace disidentes, nos señala, pensar nos hace libre. Y desde la libertad se analizan mejor las jugadas del estratega, que busca escribir renglones, que busca circo, circo para un pueblo devastado por los bulos y la interesada maraña de desinformación. Redes para pescar en el Mediterráneo, adeptos, necios cegados por el brillo de la pacotilla televisada.
Desconfía, de quien con tretas te quiere gobernar, de quien se desdice y dice, de quien hace caridad en la primera fila con el dinero de todos y no para contentar a todos, sino para labrarse una peana, desde la que poder seguir inoculando patrañas y sembrando cizaña y felicitando el fin del Ramadán.

sábado, 16 de junio de 2018

El servicio no es fiel

.
Cuando lo precario nos precede.
Cuando los emisarios nos malvenden.
Fortunas en manos de un servicio que no nos es fiel.
Proximidades pagadas.
Afectos comprados.
Afectos que están ebrios de desafectos.
El amor es posesión.
El amor es celoso.
Cuando nos antecede la calamidad.
El infierno de las horas pagadas.
Proximidad de abismo.
Guerra de cercanos que siguen los pasos de Cain.

jueves, 14 de junio de 2018

Adorable heredero de Cain


Quien nos hace tropezar, está próximo.
La envidia, es un mal cercano.
El que nos acaricia,
es nuestro principal detractor.
Habito entre mis enemigos,
en el valle de las zarzas.
Herederos, de complejos rancios.
Herederos, de las quijadas de asno.
Herederos, del tormento que es sentir insanos celos.
Herederos, de las malas artes.
Tramperos y merodeadores.
Alcahuetas, de colores violentos, de modas ya caducadas.
Toxicidad que mora al lado,
venenos cercanos,
manos estranguladoras
que lucen el verdín,
del orín de sus pacatas alhajas de arpías sin brillo.
Cristalitos cortantes,
bocas de ansia.

miércoles, 13 de junio de 2018

Jaurías que persiguen zorras


Tanto nadar para morir en la orilla.
Cuando la jauría ataca rivales es jaleada.
Cuando la jauría nos cerca y ataca a nosotros, las demonizamos.
Hipocresía de falsos regeneradores, de trileros de la transparencia.
Súbditos de la credulidad de parte.
Idolatradores de la patibularia condena del que no comparte nuestra ideología e ideario.
Mala fe, mal hacer, mal justificar y mal parecer.
Jaurías que persiguen falsos inocentes.
Patrañas de sensiblera escoria rebozada de cultureta seudogloria.
Zorras sin criterio o el fulaneo de la zorra.
El peso de nuestras frases.
Nuestras patibularias palabras nos colocan la soga al cuello.


domingo, 10 de junio de 2018

Hija de Satán


Con que facilidad la verdulera urde marañas desde la endiablada primera fila, hornacina de vulgar adobe desde la que la siniestra brilla.
Zafiedad de rasa, de monda mujerzuela. que comulga como arpía que urde tretas desde la silente connivencia de la oficiante alcahueta.
Siempre nos traicionan las artes, el destello de la pacata pacotilla.
Siempre nos retrata el tufo del no saber estar.
Construimos patíbulos en los que terminaremos siendo ajusticiados.
Papos pestilentes que creen que lo tuerto conduce a la gloria, y a la gloria se llega por el fulgurante camino recto.
El diablo habita en el envidioso secarral de ingenio, en la macilenta inquina de la calentura de la chacha.

Microcosmos


Pequeños estanques en los que es fácil brillar.
Charcas con pocas carpas.
Microcosmos donde se goza de inmerecida preeminencia.
De una preeminencia rancia, que nos empeñamos en rememoran.
Provinciana gloria, que mañana al alba, ajada estará.




Rehenes de nuestros aliados


"Hacer trampas nos endeuda, y el acreedor más pronto que tarde exige cobranza."
Irsia Carolain Sprimbol


Somos  rehenes de nuestros aliados, somos esclavos de la red de manos que nos encumbro.
Podio usurpado con las malas artes que solo son posibles en el que ha nacido perdedor.
Favores de despacho, favoreciendo a la corte de sanguijuelas, a las garrapatas que impulsaron nuestra moción.
El éxito amañado es el camino más corto hacia la desgracia.
Amigos de viboras.

Psicología


La psicología escudriña el sigilo, los movimientos sin rastro, los caminos angostos en los bosque de atenazadora maleza.
La psicología escudriña en el fondo los posos olvidados de las vivencias traumáticas, esas que a veces caramelizamos para poder soportarlas en nuestras entrañas, como la ostra baña de nácar el cuerpo extraño que la zahiere.
Somos complejos en los profundo, somos ingenios que chirrían al rotar por la arena de los pesares que oxida los engranajes de sus ruedas dentadas.
Todo está imbricado en nuestra mente, nada está por estar, sin provocar en la nívea blancura de nuestra primigenia alma, algún tipo de mácula, desgarrón o tara.
Todo en nuestra mente queda retenido, aunque no siempre aflore como nítido recuerdo, detalles nimios que están creando escena.
Elidimos para sobrevivir, endulzamos para soportar, olvidamos para poder volver a tropezar.
Historias amputadas de lesivos recuerdos.

sábado, 9 de junio de 2018

Memoria revisada, al margen de la historia


Todas las glorias son pasajeras, nada escrito es indeleble.
Las glorias se escriben en la memoria, en la memoria colectiva.
Si controlas la memoria controlas el futuro.
Nuevos relatos para encumbrar a los nuevos próceres.
Para borrar las proezas del antiguo régimen, para demonizar logros y diluir hazañas.
Glorias pasajeras, que los nuevos pasajeros del poder intentarán diluir.
Inquilinos de los palacios desde los que se escribe la memoria, desde los que se reescribe el pasado.
Nido de áspid, de urdidores de estatus cimentados en la trampa.
Las nuevas glorias loarán al derrotado, loarán al traidor, al asesino, al que reescribió la historia a la luz de la rebancha.
Sin cimas, todo es raso.
Sin perspectiva, lo raso es cima.
Sombra y realidad.

miércoles, 6 de junio de 2018

Simplismo


Es una tragedia la simplicidad, es un drama ser simple.
Es una catástrofe el simplismo, la capacidad que tiene el necio para planear sobre lo complejo.
Lectura pobre de las frases enormes, de los pensamientos ingentes.
El simple abarca universos con sus repetidos y seriados cacharros.

Todo es virtual


Todo se mueve a base de flashazos.
Mediáticas frases de victoria, que caducan con celeridad.
Starlettes que chirriarán tras el fogonazo.
Tropa de lumbreras, de zascandiles televisivos.
Somos las ruedas de molino con las que comulgamos.

domingo, 3 de junio de 2018

Marlene Dietrich


La luz cenital, esa que nos baña cayendo del cielo, de unas alturas que muy pocos son los llamados a habitar.
Piel de ángel, de camaleónica tersura, de subyugante finura.
Sólo la belleza nos hace principes, nos hace principales, nos yergue en los secarrales de la osada imperfección.
La luz delatora, que a la perfección acaricia y por ella se desliza, regando de caricia la piel de seda, del tildado por natura, con el brillo celeste de la estelaridad.
Primeros e insoportables primeros planos, planos cortísimos, que retratan cacarañas en los rostros con los que nadie sueña.
Primerísimos primeros planos, que sólo soportan las pieles de nácar de las reinas.
La luz regada desde el cielo produce el ensueño de nimbar divas con piel de angel, de nimbar la nivea suavidad del cordero que en la mirada tiene cautivo el fuego de la fiera. Bellas que trasciende el plano e infecta el alma del expectante, del indolente, que disfruta de la lluvia de luz que incendia la belleza felina de las grandes damas.

Siempre tras todo está el tiempo


Las palabras tienen su tiempo, nacen en las horas, en la acometida de furia del violento segundo.
Son palabras son tiempo, son palabras con su aire o son palabras agobiadas nacidas en abigarrados lechos.
Palabras atinadas, nacidas de las estrecheces o engendradas en las holguras.
La métrica del discurso y su contexto y su pretexto, sin todo eso, poco se entiende el sentido del pendón, que bravo ondea en la torre del solar o en la plaza de armas de la ciudadela.
Debemos rastrear el origen de la arenga, el primer precursor de la soflama, el beneficiario de la calumnia. Tras las palabras está el interés, está el humano y su corte de taras, miedos y defectos.
Las palabras son teselas, con su cromática y lugar, coordenadas precisas que si se alteran nos hablan con imprecisión.
Sólo el necio desordena textos, y lanzando los escritos es al viento y leyéndolos al voleo, cree entender o ajusta su mal entendimiento a las palabras alborotadas, que ordena, tras recogerlas del lodazal del suelo, con su burdo y atormentado ingenio.

sábado, 2 de junio de 2018

Abrazo mi cruz


Hay altos ideales por los que merece la pena morir.
Se arremolina el vil con los traidores, para ascender a un podium que la destreza le negó.
Señala la verdad al mentiroso, lo hiere trágicamente.
Merece la pena morir para regar el futuro de luz.
No es la tiniebla legado para la infancia que mañana construirá honradez.
El silencio es cómplice, callar alimenta ala fiera.
No he nacido para tapar embustes, para dar cancha al ladrón, para mirar a otro lado mientras se perpetran delitos.
No aplaudiré jamás a Eróstrato.
No temo a la abrupta verdad, a la verdad que te señala, porque todo en este baldío es cizaña.
Abrazo mi cruz, el árbol donde estuvo clavada la salvación del mundo.



Desnudas las frases graves


Brotan de mi boca miles de palabras, de pensamientos que verbalizo con mayor o menor tino.
Soy huracán de las altas horas. huracán de las horas bajas.
Hiel y miel, palabras de arena que laceran mi lengua.
Soy y no soy, soy fachada de gloria, bambalinas de miseria.
Brotan desnudas las frases graves, brotan vestidas las muy evanescentes.
Me distraigo para encontrarme, pienso para perderme.

viernes, 1 de junio de 2018

Rentabilizar la cólera


La cólera genera ingenio, pero el ingenio no sólo es cólera.
Somos el oleaje de nuestra furia, el tormento de nuestras derrotas.
Hacedores de cárceles, de prisiones de desaliento.
Respirar cólera nos libera, pero la liberación no sirve de nada, si no sirve para arar el futuro.