domingo, 17 de junio de 2018

Felicitando el fin del Ramadán


Me he despertado rebozado de luz del aun no nacido estío. Soñando que los relojes no desandan segundos, que la horas perdidas no vuelven, que para decidir, es siempre tarde, mañana.
He soñado con la guerra de hoy, con la inquina de los arribistas, con los lobos enharinados, con la caridad de pacotilla y los aspavientos del psicópata, que por el legal atajo arribo a la cumbre.
Vivimos tiempos incendiarios, de mediocres que buscan banquete, de tribunas abiertas a la soflama.
Vivimos estertores de fin de ciclo, de bienestar herido de muerte, tiempos de hemorragia en sabana, rojo rutilante que hace hondear banderas.
Es ya imposible parar la permeabilidad de un mar en el que se libran batallas, contiendas con sesgo, alharacas de mal gobernante, teatro de pusilánimes, que guionizado llega a nuestras cajas tontas, a esas que nos lo dan todo digerido, mascado y que nos atontan.
Tiempos de mafias, de mercaderes sombríos, de patrias en las que occidente enredada, desordenando desordenes, generando ira, caos y miserias. Es imposible sembrar primaveras, convertir una religión de contienda en una balsa de amor, es imposible comparar profetas, enfrentar a quien sólo sembró amor, con quien sacrifica a sus hijos cargados de metralla en la deflagración de una Guerra Santa..
Dios, no es sólo un jefe etéreo, que desde todas partes nos vigila. Dios, es un código ético, unas reglas de juego. Mi Dios es empatía y comprensión, pero todos los Dioses no son iguales, ni tratan a su pueblo por igual, hay Dioses que promueven la guerra, que inoculan aniquilación, que siembran venganza.
Pensar nos hace críticos, nos hace disidentes, nos señala, pensar nos hace libre. Y desde la libertad se analizan mejor las jugadas del estratega, que busca escribir renglones, que busca circo, circo para un pueblo devastado por los bulos y la interesada maraña de desinformación. Redes para pescar en el Mediterráneo, adeptos, necios cegados por el brillo de la pacotilla televisada.
Desconfía, de quien con tretas te quiere gobernar, de quien se desdice y dice, de quien hace caridad en la primera fila con el dinero de todos y no para contentar a todos, sino para labrarse una peana, desde la que poder seguir inoculando patrañas y sembrando cizaña y felicitando el fin del Ramadán.

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