domingo, 10 de junio de 2018

Hija de Satán


Con que facilidad la verdulera urde marañas desde la endiablada primera fila, hornacina de vulgar adobe desde la que la siniestra brilla.
Zafiedad de rasa, de monda mujerzuela. que comulga como arpía que urde tretas desde la silente connivencia de la oficiante alcahueta.
Siempre nos traicionan las artes, el destello de la pacata pacotilla.
Siempre nos retrata el tufo del no saber estar.
Construimos patíbulos en los que terminaremos siendo ajusticiados.
Papos pestilentes que creen que lo tuerto conduce a la gloria, y a la gloria se llega por el fulgurante camino recto.
El diablo habita en el envidioso secarral de ingenio, en la macilenta inquina de la calentura de la chacha.

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