miércoles, 19 de marzo de 2014

Metralla

Se me resiste la calma y he estallado henchido de ira.
Lanzando a mi alrededor un sin fin de corrosiva metralla.
Daño con la intensidad del daño que a mi se me ha proferido.
Herido aguijoneo a la mano que a mi me hirió. 

Se acabo la vela

Ha amanecido la mañana de plata.
Entre brotes de prunus te has marchado.
Con el aura de la ligera corona de las flores que solo duran un día.
No hay hoy roció para ti que eras nervio y alegría.
Solo sol sin nubes, para el cortejo chico en el que solo a mi me dueles.

martes, 18 de marzo de 2014

Se ha marchado hoy Cuki

El hilo de la vida es tan delicado, tan frágil.
Nos une tan poco a este mundo.
El vinculo es tan ligero y etéreo.
Se va tan rápido el último aliento.
De repente se trunca la vida y todo queda vació.
Es un peso liviano morir, desparecer en los ojos velados.
Mirada perdida y vidriosa que ya nada ve.
Se va el nervio del cobre, del torbellino de saltos.
Del ángel que un día llego a mis manos y que hoy en mis manos se ha ido.

Tanto pincha el cardo como la rosa

Cotilla y fulana como mama.
Todo se hereda.
Hermosura de instintos muy básicos.
Con el alba en las procesiones no se nota tu sarasona orondidad.
Marea el incienso y el almizcle de zorrera de tu ralea.
Precediendo a los santos, guiando a los santos corderos.
Corderos que confundidos en la patina de cal van rendidos al matadero.
Toxicas malvas, urticantes rosas.
Quien crea en vuestra falsa bondad que os escoja.
Tanto pincha el cardo como pincha la rosa.

Segadora de codicias

Todos los finales son una amputación de una inercia de linealidad.
La muerte no nos necesita, no nos quiere, solo nos usa para su fin.
Cortar hilos, sedas, brocados ricos de tornasolados orientes.
Segadora de codicias, segadora de desidias.

Tormenta de alas negras

Pierdo la calma y naufraga en el infortunio de los pensamientos de tormenta.
Aladas quimeras que con su batir de alas negras obscurecen mi día.
Chaparrón que sofoca la música del perdido sol de tregua de celeste calma.

Me horripila

Es la bravuconada un alarido que me espanta.
Me cimbrea el tono amenazante del animal humano que gruñe rabioso.
Del  ser inferior que diezma soles en la cúspide.
Del engendro de la mano de Dios que aniquila salvaje las joyas divinas que siembran la tierra.
Me horripila el hermano que siento lejano como bicho virulento al que yo también estorbo.

Que desgracia tener una esponja por corazón

Que desgracia es tener por corazón una esponja que de todo se empapa.
Caja torácica herida a todas horas.
Porque a todas horas alguien sufre.
Porque a todas horas hay algún perro que de dolor injusto llora.

Árida, bella e hiriente

Me marchito en el depender.
En el jardín de rosas prestadas que siento mías.
En el último banco donde en silencio rezo a un Dios que no es iracundo.
Me mece un río turbio de inconfesables deseos.
De notas congeladas que ayer quemé.
Zahorra nívea de cuarzo lechoso, árida, bella e hiriente.

Acurrucado

Si hubiera prosperado el incendio, sería la claridad un alivio de luto en estas escarpadas crestas.
Huyo de la tristeza y me cargo de rutinas que en su esclavitud me impiden pensar.
Si fuera ciego que de lagrimas dejaría de ver, dejaría de llorar.
No vivo solo y con ello cargo, con la pena del otro que me empapa y entumece como si fuera mía.
Lastima que la cara valentía no esté a mi alcance, para armado con ella librar la última batalla y descansar en el cementerio del valle.
Son espinas tus quejas, son llagas en mi cuerpo tu sangre.
Soy niño acurrucado y triste que siente el grito como gélido viento de inhóspita cumbre.

domingo, 16 de marzo de 2014

El sillar caido

Tendido sobre el gran cuarzo lechoso.
Esperando la luna nueva.
Las raíces de la incipiente primavera.
Busco la asimetría del sillar caído.
El mal acomodo del sillar desechado.
Plenitud en el muro de mampuesto.
En la noche cerrada te buscaré sitio.
Hueco en el muro de los perfectos.
Pero hoy noche de luz.
Danzarás conmigo escabroso. 
Y nos regocijaremos en el placer del callejón de los sillares torcidos.

Ya llego la cigüeña

Ya llegaron las cigüeñas pateñas para reinar en lo alto de las torres y las peñas.
Ya llegaron para furtivas acarrear detritos de progreso al campanario.
Plásticos, lonas, telas y cuerdas para anudar el estandarte de nuestros campos escombreras.
Ya hondea en la torre el cortinón ajado y el crespón de luto, de un monte sucio obra de un humano necio y desalmado.
Ya llego la cigüeña a airear el dolor del bienestar y toda su estela de miserias.

sábado, 15 de marzo de 2014

El circo del deseo

Un golpe de trueno en el pecho.
Un relámpago de ceguera de fascinación.
Un temblor en la mano.
Y el picor en la garganta que me impide decir, te amo.
Que complicados son los pasos en los precipicios.
En el alambre del circo del inarticulado deseo.

No peca quien sobre la mancha pone luz

Se ofenden las sombras porque no irradian luz.
Pataletas de gorilas que traen consigo la niebla.
No ofende quien retrata, no peca quien sobre la mancha pone luz.

Microherido

Es la microviolencia, intima, privada, sin marca.
Alfileres en el corazón. pequeños pinchazos por los que se sangra poco, pero se sangra.
El pequeño daño hunde grandes navíos.
Pero los hunde sin que nadie se percate que el navío estaba herido.
Llora y grita como si te mataran si estas siendo microherido.