sábado, 4 de octubre de 2014

Celestial suena el susurro

Como lamento no poder lamentarme. 
Con la estridencia de las fulanas de las esquinas.
Con la algarabía enlutada de los corros de cuervos.
Con las alharacas de las meretrices que cataron la cumbre vendiendo moqueros.
Como lamento no poder dar alaridos en la plaza publica.
Y ser jaleado por el vulgo que ante la ordinaria ola hace peligrosa marea.
Como lamento el comedimiento que mi cuna me dio.
Comedimiento que hace que no tenga hambre de aplausos.
Comedimiento que me aísla en la burbuja del tranquilo silencio.
En el confort de la ausencia.
En la casa sin nada donde celestial suena el susurro.
Como lamento estar enquistado en el atrofiado hedor de la chusma.

viernes, 3 de octubre de 2014

Pide distancia

En la cama con un extraño.
Extrañando la mano amiga.
El gesto próximo de amor que arropa.
Saciado pero no lleno.
Al lado pero deseando marcharme.
Colisión que tras el roce pide distancia.

La clara turbia

Muere entre barruntos la clara turbia.
La lechosa de alma negra.
La reina del arenal.
Muere con la mueca de la malicia.
Con la descompostura del que sabe que sus crímenes nadie se los va a perdonar.
Muere en la soledad zahína de los iguales.
Correligionarios de crimen y hurto.
Arpías que cuando cierre los ojos de las orejas los zarcillos de oro le van a arrancar. 

La rata ratera

Erra la la rata que marca paquete.
Paquete de errata.
Ríe entrillada la rata con histérico soniquete..
Rata con dientes de oro que da siempre la lata.
Rata que sus ansias enlata.
Alma de hojalata tiene la rata.
Rata ratera, rata de frite y patatera.
Rata glotona.
Rata viciosa y tragona.
Hay rata para rato.
Pero ya lejos ni irrita.
Ya lejos no grita.
Ya lejos si critica, no me importuna.
Me he sacudido a las ratas.
Y ya no hay en mi vida ninguna errata. 

Cursar bajas

Hay bajas que son necesarias.
Por amor propio.
Por higiene mental.
Hay árboles torcidos que no dejan ver el bosque.
Y a esos árboles los hay, más temprano que tarde talar.
Farfulla que en hojarasca toxica envenena el ambiente.

jueves, 2 de octubre de 2014

La hinchada lona

En la noche se abren paso los ángeles.
En el infortunio se abre paso la vida.
En el desfiladero de las sombras penetra el alito del recién nacido.
Lecho de cuarzo para el alumbrado.
Para la brizna que cambiará el color del mañana.
Velas al viento de luna menguante.
Al viento helado de cumbre.
Que encañonado hinchara la lona.
Que con furia domada nos abrirá las puertas de Roma.
Ángeles de paciencia, ángeles de clemencia.
Ángeles que guardaran con celo el calor del hielo.
El AMOR de los saqueadores de ROMA.

La estela nada virginal

Erguidas cabezas que en lo alto lucen el mocho.
Mochos rojos o cabras mochas.
Cabras de Judas.
Aun que en este caso al matadero, no os ha seguido todo el rebaño.
Se nota que hastiáis, que apesadumbráis más que redimís.
Cuervos teñidos y vapuleados en el salir y entras en reyertas, a priori perdidas.
Vírgenes de estela nada virginal.

Tengo, tengo, tengo

Los perales dan peras.
Rosas los rosales.
El difamador esparce calumnias por los envidiados olivares.
Anda diciendo tu madre que tienes un olivar.
Y el olivar que tu tienes.
Es una urdida patraña.
Porque de ti se quiere librar.
Nada áurea es la inferioridad.
Nada áureos son los frutos que ella da.

Libres para engañar

Libres pare ver,
Libres para vernos.
Libres para creer.
Libres para nuestras mentiras creernos.
De lo que decimos tener y nunca hemos tenido.
De lo que tenemos y fingimos no tener.
Pero aun negándonos a vernos, el mundo nos ve.

Horripilancia

Yo soy libre al utilizar las palabras.
Libre par construir personajes.
Libre para lanzarlos al viento.
Tu eres libre de verte reflejado en ellos.
No es culpable quuien fabrica espejos.
Si no el que a sabiendas de su horripilancia se mira en ellos.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Paqui B. T.

Las ratas saben abandonar los barcos.
Pero no los saben reflotar.
Nada se puede borrar.
Siempre alguien ha leído lo escrito.
Siempre alguien puede dar fe de lo borrado.
Y repetir punto por punto, coma por coma.
Repetir como en la necedad te sumaste a la espiral de la calumnia.
Como tu diestra de pintar vírgenes, cogió una piedra y apedreo como si fueras una sin macula.
Una necia que se creyó alta y pura.
Pureza que es obvio, que en tu falsedad no posees.
Ni altura, porque es obvio que no eres alta.

Vana gloria

Escucharse asimismo,como la reverberación de un pozo.
Síndrome de vana gloria.
Palabras para confortase.
Alimento de lobo solitario que se cree león.
Sin manada, sin grey, sin órbita, sin ningún satélite que entorno a mi orbite.
Retumba la queja en el enorme salón, en el que con tanta divagación se me enfría el café. 

Triste sino saberse escoria y ansiar el engarce del rubí

Que intolerante es el enconamiento.
El angulo oscuro del sórdido salón.
Salón donde se asienta el trono del sin gloria.
Letrina de almas mezquinas.
Altanero retrete donde se pregonan las criticas de miseria.
Lleva muy mal la zorra ajada, estar privada de la efímera miel del éxito.
La cató poca en el bando del transfuguismo.
En el contubernio del vender la piel de la oveja.
Que poco tolera el intolerante, con la cantidad de desatinos que a él se le toleran.
Damas bobas de la cuadra de los cagajones.
Voceras de los alfeñiques.
Lideres de las tormentas de la envidia.
Marchitas rosas de lupanar.
No saben lo que es una virgen porque nacieron ya desfloradas.
Triste sino saberse escoria y ansiar el engarce del rubí.
Talentos cuarteleros de escudo sin cuartel.
Mampuesto que sujeta la argamasa y muere por ser sillar que asienta en firme sin el lecho del mortero.
Es insolento que demande virtud el punto cardinal más alejado de ella.
Es el río el que decanta y hace reposar juntos a los infértiles cantos.
Intolerante pedregal que nada de arte da, pero a pesar de ser estéril, por limo se tiene.

Envidiarás hasta su pobreza

Que brillo tan hueco aporta el botín del saqueo.
Nada por nuestras manos fue sudado.
Los anillos de nuestras manos, son robados.
Pero ni arrancándole la vida al legitimo.
Hemos conseguido el brillo que de dentro de él salia.
Desalojada de él la gloria mundana, él aun con su brillo nos eclipsaba.
Ni con mil festines, ni con mil botines, conseguirás la fortuna.
Porque el afortunado no roba. 
Y porque los brillos no son fortuna.
No es la lampara la que da luz a mi casa.
Es mi casa la que ilumina la lampara.
Todo lo que el envidiado posea te causara envidia.
Llegarás a envidiar hasta su pobreza.

Uno solo siente liberación cuando parte el zafio

No es eterno el caminar erguido.
O nos doblan los golpes o nos dobla el tiempo.
Doblan las campanas en la miel de otoño.
En el olor a níscalos que viene del pinar.
Caminar recto de días contados.
Para terminar descansando tumbados en el frío lecho.
A las cabezas altas las diezma del mismo modo la Parca.
Pero el que caminó entre la cordura de los valore, deja en su partida un fresco aroma.
Huelen a perfume los renglones últimos, de su testamento.
Flotan eternos los besos del bondadoso.
Porque es así, uno solo siente liberación, cuando parte el zafio.