domingo, 15 de diciembre de 2013

Sí me adormeciera al sol

Sí me adormeciera un poco al sol de la mañana.
Sí el sol de invierno mitigara el frío de mis noches.
Sí como los lagartos entrara en calor.
Sólo asolanandome.
Me hiela tu ausencia y sé que no vas a volver.

Solo y a solas

Las marcas de la vigilia desdibujo.
Solo yo se lo que lloro a solas.
Solo a solas yo lloro.
A nadie muestro mi flanco herido.
A nadie digo que estoy dolido.
Y solo y encerrado a solas me lamo las llagas. 

Microamor

Enredados en el amor eterno.
Perdemos muchos instantes de microamor.

Las cortas miras

Esquiva la pequeña presa el enorme zarpazo.
Y tiene un día más de vida pues hoy no será alimento de la fiera.
Bajo los errores del grande.
Bajo la magnanimidad de los desatinos del gobernante.
Quien maneja mi barca que a la deriva me lleva.
No me ciegan los ojos verdes.
Me ciega el seguir vivo mañana.
Gobernados por las cortas miras.
Acobardados por las cortas metas.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Un corral muy pequeño

Siento que la libertad es un corral muy pequeño, donde acorralan los malos a los buenos.
Siento su estrechez, y siento frío el aliento del malvado en la nada protectora cerca.
Cercas para impedir que nos movamos, cercas para ellos campar a sus anchas.

Hilanderas

Cansado está mi cuerpo.
Rendido por el tiempo.
Por las hilanderas laboriosas.
Por las agujas de las horas.
Por las puntadas de las heridas.
Zurcidos para seguir.
Dormir para poder coser vivencias.

Mis manos

No es temible mi lengua.
Sí queréis silenciarme no me cortéis la lengua.
Debéis amputarme las manos.
Así como el ladrón con ellas roba.
Yo con ellas pregono.

Para sobrevivir

Bellas mariposas que han perdido las alas.
Sin poder volar por la forzada impostura.
Fuerza este mundo a la belleza a hacerse zafia.
Buenas maneras que hay que transformar en malos modales para poder sobrevivir.

Relojes y feretros

Utilizamos relojes para medir el tiempo.
Cuando es el tiempo el que nos mide. 
Para cofeccionarnos un feretro

Pesada estirpe

El peso de la tradición, del rito y el protocolo.
El peso de lo extrínseco.
De la coraza que parapeta a mi casta.
Del pesado manto de mi sangre.
De las Piedras de mi dote.
De la transacción de mi vientre.
De mi linaje de ahorros.
Pesa ser.
Pero pesa más el star.

El perdón

Creo en el perdón, porque creo en ser perdonado.
Procuro no apedrear, por miedo a ser apedreado.

Recodos

Donde me encaminen los pasos.
Si me tienta el camino recto, veré el horizonte.
Si me tienta el meandrinoso, solo veré recodos.

Manchas

La orografía de las manchas, sus bordes, sus limites, sus fronteras.
Manchas azules en los parpados de los ojos marrones.
Manchas de guerra, de la peor de las guerras.
Las guerras de sexo y amor.
Teme a la sombra azul y a la mancha del rojo carmín.

Tus frases

Martirizaré el ingenio. 
Retorciendo tus frases.
No sus tus palabras.
Es su carga de ira.
Carga de amor perdido. 
De tiempo irrecuperable.

El rubí del antojo

Y la esfera armilar sirvió de modelo a sus órbitas, y supeditó sus deseos a la potente fuerza de la meta alta.
No temió ni un segundo que su vida era en vano.
Y que se perdía el placer del fornicio.
Era claro el estigma que le tildo en la cuna, con el rubí del antojo, hay cosas no escritas que se cumplen y hay promesas talladas que son una estafa.
Nunca quiso ser mimético, sabiendo que con ello salvaba de la pira su bello cuerpo.