miércoles, 22 de enero de 2014

Dunas de arena

Sereno aunque por dentro me desmorone.
Son las fisuras más grandes si uno las mira.
No es lo mismo estar débil, que parecer débil.
Dunas de arena que todas las noches cambian.
Es el movimiento el camino más desorientador.
Laberinto de senderos que mudan a espaldas y al frente.
No podras regresar, en el futuro te perderé.

Orgullo y soberbia

Que sabor tan áspero tienen los disgustos.
Que desasosiego generan las contiendas de amor.
Y esa eterno esperar la solución del conflicto.
Se encarece el perdón.
Se agria el cariño en la demorada enmienda.
Orgullo y soberbia aconsejan tan mal.
Buscamos el escarmiento como formula de cobro del daño.
Y nos dañamos en la enemiga espera.
Perdemos el oro del tiempo. 
Y nos reencontramos en la fermentadora ausencia.

Hambrientas de dolor

Sin provocación sois crueles.
Buscadoras de faltas en los demás.
Ni alegres, ni bonitas.
Solo sois patéticas bestias, toleradas por miedo, entre humanos.
Hambrientas de dolor ajeno, para calmar en la calamidad vuestro andrajoso sino.
Sois fuerte olor a podrido.
Gorilas en la niebla de vahos de azufre.

Salé el sol

Desfilan rápidas las nubes.
Y permiten que se asome el sanador sol.
Se disipan y filtran lentos los charcos.
Y yo me desprendo del liquen del encierro en mi habitación.

Sin atisbo de sombra

Sin crestas no hay baches.
Electroencefalograma plano.
Ansia por derribar todo atisbo de sombra.

Entre chanzas

Entre broma y broma te desgranaré la verdad.
Entre risas te llamaré por tu nombre.
Entre chanzas cobraré mi venganza..............

Ya no tenéis mascara.

Me lo he prometido pasareis a la historia como las gordas vulgares.
Zorras de esquinas obscuras.
Zorras de papos pestilentes.
Bullir de maldades.
Asesinas de blancura.
Comadres de los ventarrones de calumnias.
Reinas de nada, que desde el balcón del pringue y el lodo arengan iguales en miseria.
Corazones que bombean bilis, a las crueles extremidades de vuestros cuerpos deformes.
Sabe todo el barrio, todo el mundo, todo el orbe, la cochinera de vida que tenéis.........
Hijas y madres de sapos, de escuerzos. de viboras, caterva de gravosa nefandad. 

martes, 21 de enero de 2014

El positivo incendio

El peso de lo inútil.
La carga de las rémoras.
La cerrazón a sacrificar lo prescindible.
El mantener pegadas a nuestra piel etiquetas obsoletas y cegadoras.
Abiertos al cambio, abiertos a la limpieza.
Un incendio nos vendría tan bien.............

El amor ata

El amor ata.
El desamor redime.
Que tu necesidad solo sea respirar.
Así veras lo libre, que si no quieres, eres.........

El brillo de la fachada

Caricias forzadas en aras del ascenso social.
A veces lo más placentero no es lo más conveniente.
Enlazar apellidos, casas y haciendas.
Se supedita la alcoba, al brillo de la fachada.

De tiempo y ritmo

Bravatas a destiempo.
La reacción tiene un ritmo.
Si lo rompes llega tarde el envite y contra nada estampa.
Si por sorpresa te atacan con celeridad se responde.
Y la venganza ya vendrá que es último plato y se sirve helado.
Y al ser indigesto no tiene ni ritmo, ni tiempo.

En un búnker

Sacáis punta a mis palabras.
Afiláis mis verbos.
Para con ellos asaetearme.
Os daré más armas pues nada temo.
Os daré dardos para entreteneros.
No se convence a quien ha decidido encerrarse en un búnker.
Nido de ametralladoras desde el que desoír y atacar.

Ya está abierta la puerta

Tu final es mi principio.
No es nada raro encontrarse con gente que bloquea el paso.
Gente que te impide acercarte a determinadas puertas.
Gente que te las cierra.
Para que tu no asistas a ese convite.
Todo llega, la paciencia todo lo alcanza.
Y el guardián de la puerta un día se desmorona y se convierte en un montoncito de arena. 
Así sin ruido les llega el fin a los tropiezos.
Una mañana de sol se desvanecen y ya esta abierta la puerta.

El hambre del hidalgo

El hambre del hidalgo, a caballo entre el todo y el nada.
Presa de la no división, del vinculo.
Atado por la norma y desatado de bienes.
Carretera y manta para el segundón inquieto.
Sin miel en el reparto, parte a buscar su éxito.
El éxito diezma ejércitos de osados.
Pero la historia no se escribe con sangre de derrota.

Siempre es poco el tiempo

La denostada lentitud saborea procesos, con la sapiencia de una vieja Parca.
Es el placer de ir haciendo nudos, no el placer de comprarlo todo anudado.
Menos nunca es más y siempre es poco el tiempo.
Cristal finísimo que se hace añicos una vez vivido y es imposible recomponerlo.