Disfrazaré con brillos metálicos mi virginidad.
No me puedo permitir que conozcan mi secreto.
Lo que aun conservo, lo que pregonan que nada vale, pero todos buscan.
Defenderé como lobo mi tesoro de cordero.
Siempre he huido de las corrientes.
De las puertas abiertas que todos transitan.
De los placeres de los que todos disfrutan.
Son los difusores de vicios los que se aseguran caladeros de incautos.
Si haces creer que la virtud, ya has perdido, ya nadie buscará en ti la virtud.
domingo, 5 de octubre de 2014
Él se lavo las manos después de crear
Como en la niebla ahuyentaré las desdichas.
El pesar de las horas de plomo.
De las noches largas que crecen.
Como conseguiré vivir sin dolor y con libertad.
Me bañaré en el lago de la mística, en los acordes de miel.
Balneario de tibieza, de rosas que con caricias sanan mi zozobra.
Compatibilizaré lo incompatible.
La ciencia sólo describe.
Y yo en estás horas largas necesito pensar.
Está lo ininteligible en la puerta de mi casa.
Lo ha traído la noche, la noche de los sueños y las penas.
Me corteja la duda.
Y la duda cimienta mi credo.
Sólo Dios, cuando cierro los ojos, me acerca a la fuente madre.
A la fuente donde Él, se lavó las manos después de crear.
El hoy es mañana, el mañana es hoy
La atmósfera del escritor.
Es la atmósfera del profeta, visionario y vidente.
Porque aunque escribe sobre el hoy y el ahora.
Sus textos tendrán vigencia y describirán el mañana.
Languidece el bosque
Languidece el color del último bosque.
Firmamento encarcelado por mi ventana.
Tarde que llega pronto.
Noche que madruga en sus horas de reino.
Más largas, más negras.
Polisón de nardos.
Porcelana opaca que mengua en la resina oscura.
Son los últimos segundos de luz.
Serán ahora las ventanas encendidas las que delaten, que hay poca vida.
Muere el día.
Y nace la soledad de los iluminados vanos, de los enormes edificios.
Firmamento encarcelado por mi ventana.
Tarde que llega pronto.
Noche que madruga en sus horas de reino.
Más largas, más negras.
Polisón de nardos.
Porcelana opaca que mengua en la resina oscura.
Son los últimos segundos de luz.
Serán ahora las ventanas encendidas las que delaten, que hay poca vida.
Muere el día.
Y nace la soledad de los iluminados vanos, de los enormes edificios.
Vivir
A veces morimos de nimiedades y las cosas incurables no nos matan...........................
Hay que vivir luchando.
Y hay, si esa es la suerte, morir viviendo.
La apuntalada felicidad
Siempre hay alguien que apuntala la felicidad.
Y a veces el puntal no es el más feliz.
Él es solo el que más cede.
Él es el que más trabaja.
El que más mima y consiente.
Los puntales se consienten pocas aventuras.
Pocas veleidades.
Pocas horas de descanso.
Nunca piensan que sin ellos todo se desmoronaría.
Y si se desmoronaría.
Y se desmorona.
Mira si tu felicidad esta apuntalada.
Y si es así, mima a tu puntal.
Y a veces el puntal no es el más feliz.
Él es solo el que más cede.
Él es el que más trabaja.
El que más mima y consiente.
Los puntales se consienten pocas aventuras.
Pocas veleidades.
Pocas horas de descanso.
Nunca piensan que sin ellos todo se desmoronaría.
Y si se desmoronaría.
Y se desmorona.
Mira si tu felicidad esta apuntalada.
Y si es así, mima a tu puntal.
Ayer
Se rompen los vínculos.
Cada vez más desatado.
Pero no más solo.
Porque en la claridad no hace frió.
Sin la compañía de los extraños acompañantes.
A los que ya no extraño.
El mirar hacia atrás y verlos me produce extrañeza.
Extrañamiento, sensación de vació en la proximidad.
Manos blandas que no dan confort.
Cuerpos a los que infundí alma.
El alma del amigo.
El alma del amor.
Ahora sé que ya no volveré.
Porque no reconozco nada.
Porque no reconozco a nadie.
En mi abandonado ayer.
Cada vez más desatado.
Pero no más solo.
Porque en la claridad no hace frió.
Sin la compañía de los extraños acompañantes.
A los que ya no extraño.
El mirar hacia atrás y verlos me produce extrañeza.
Extrañamiento, sensación de vació en la proximidad.
Manos blandas que no dan confort.
Cuerpos a los que infundí alma.
El alma del amigo.
El alma del amor.
Ahora sé que ya no volveré.
Porque no reconozco nada.
Porque no reconozco a nadie.
En mi abandonado ayer.
Los renglones son hilos
Suspiros de agonía.
Angustia cuando se cae en el hoyo del estercolero.
Es la pluma un flotador.
Son los renglones hilos con los que tejer la red salvífica.
A salvo de las voces guturales que ahogan el socorro.
Esperando el diluvio de fuego, que calcine a los enemigos.
Crece el hambre entre los matorrales que cierran la luz al trigo.
Al bueno fácilmente se le achica.
El malo fácilmente se crece.
Angustia cuando se cae en el hoyo del estercolero.
Es la pluma un flotador.
Son los renglones hilos con los que tejer la red salvífica.
A salvo de las voces guturales que ahogan el socorro.
Esperando el diluvio de fuego, que calcine a los enemigos.
Crece el hambre entre los matorrales que cierran la luz al trigo.
Al bueno fácilmente se le achica.
El malo fácilmente se crece.
sábado, 4 de octubre de 2014
El pudor
Y la lluvia de destellos de la bola de espejos, ajena a todo, no para.
La vida es finita y los talentos caducos.
El ritmo necesita del tiempo.
Y aunque es música el silencio, este no puede llenar todo el espacio.
No puedes ser victima de la inacción.
Presa del pánico escénico.
La vida no es un entreacto.
La vida es un acto en el que se pueden, si se actúa, hacer descansos.
Rayas de acero
Están tan pobladas las alcantarillas.
Que en silencio nos invaden desde ellas.
Tropa de furia que se mimetiza.
Tropa de ruines que para ser, de tu talento se apoderan.
Usurpan en la generosidad del brillante.
Que como la fabrica de alhajas la tiene en casa.
Fácilmente de las radiantes gemas se desprende.
De las alcantarillas llegan.
Las canis peliteñidas.
Las que calcan mariposas.
Las que aturdidas en demodé star estropean besos de cine.
Invasión que hay que identificar y poner a raya.
Rayas de acero, nueva muralla china para frenar la vil plaga.
Que en silencio nos invaden desde ellas.
Tropa de furia que se mimetiza.
Tropa de ruines que para ser, de tu talento se apoderan.
Usurpan en la generosidad del brillante.
Que como la fabrica de alhajas la tiene en casa.
Fácilmente de las radiantes gemas se desprende.
De las alcantarillas llegan.
Las canis peliteñidas.
Las que calcan mariposas.
Las que aturdidas en demodé star estropean besos de cine.
Invasión que hay que identificar y poner a raya.
Rayas de acero, nueva muralla china para frenar la vil plaga.
Aguijoneo mi trote
Es la decepción el firme de mis pasos.
Es la espuela que aguijonea mi trote.
Es el cemento de mi edificación.
Amasado con lagrimas.
Y puñetazos de ira en la mesa.
En la mesa de los almuerzos de mi soledad.
Hincho mi pecho con el aire frío.
Con la contenida violencia.
Con la soberbia que da levantarse tras tropezar.
Es la espuela que aguijonea mi trote.
Es el cemento de mi edificación.
Amasado con lagrimas.
Y puñetazos de ira en la mesa.
En la mesa de los almuerzos de mi soledad.
Hincho mi pecho con el aire frío.
Con la contenida violencia.
Con la soberbia que da levantarse tras tropezar.
Sectarismo
La vida no es una instantánea.
La vida es movimiento.
Recodo, rápido y remanso.
Sectarismo, doctrina seguida por muchos.
Aunque reconocida por muy pocos.
Es la realidad sesgada.
La visión a medias.
El obviar una parte.
El llamar por la parte al todo.
Lo que construye el error.
Ni todos los bosque son pinares.
Ni todo el monte son robledales.
La vida es movimiento.
Recodo, rápido y remanso.
Sectarismo, doctrina seguida por muchos.
Aunque reconocida por muy pocos.
Es la realidad sesgada.
La visión a medias.
El obviar una parte.
El llamar por la parte al todo.
Lo que construye el error.
Ni todos los bosque son pinares.
Ni todo el monte son robledales.
Nace a mis pies
Quien merece la gloria recibe castigos.
Latigazos de las leguas de ponzoña.
De las lenguas de los paladares saciados.
De los saciados sin ningún paladar.
Llueve en el balcón y llueve de hostigo.
Buscan mi tara para ser mis iguales.
Cortan mis piernas para poder sobrepasarme.
No soy yo el que asciende a la cumbre.
Es la cumbre la que nace a mis pies.
Latigazos de las leguas de ponzoña.
De las lenguas de los paladares saciados.
De los saciados sin ningún paladar.
Llueve en el balcón y llueve de hostigo.
Buscan mi tara para ser mis iguales.
Cortan mis piernas para poder sobrepasarme.
No soy yo el que asciende a la cumbre.
Es la cumbre la que nace a mis pies.
Celestial suena el susurro
Como lamento no poder lamentarme.
Con la estridencia de las fulanas de las esquinas.
Con la algarabía enlutada de los corros de cuervos.
Con las alharacas de las meretrices que cataron la cumbre vendiendo moqueros.
Como lamento no poder dar alaridos en la plaza publica.
Y ser jaleado por el vulgo que ante la ordinaria ola hace peligrosa marea.
Como lamento el comedimiento que mi cuna me dio.
Comedimiento que hace que no tenga hambre de aplausos.
Comedimiento que me aísla en la burbuja del tranquilo silencio.
En el confort de la ausencia.
En la casa sin nada donde celestial suena el susurro.
Como lamento estar enquistado en el atrofiado hedor de la chusma.
Con la estridencia de las fulanas de las esquinas.
Con la algarabía enlutada de los corros de cuervos.
Con las alharacas de las meretrices que cataron la cumbre vendiendo moqueros.
Como lamento no poder dar alaridos en la plaza publica.
Y ser jaleado por el vulgo que ante la ordinaria ola hace peligrosa marea.
Como lamento el comedimiento que mi cuna me dio.
Comedimiento que hace que no tenga hambre de aplausos.
Comedimiento que me aísla en la burbuja del tranquilo silencio.
En el confort de la ausencia.
En la casa sin nada donde celestial suena el susurro.
Como lamento estar enquistado en el atrofiado hedor de la chusma.
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