Santa Catalina
Si tuviera algo que celebrar, recordaría el dulce mandarino, el verde laurel, el ligero avellano, los bancales de naranjos, el desnudo e imponente árbol adornado de anaranjados caquis, el huerto de Santa Catalina y su arroyo.Pero yo ya no celebro nada, salvo que estén vivos mis amados seres, el circulo intimo, el núcleo duro de mis afectos.
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