lunes, 11 de febrero de 2013

Esforzada majestad

Tras ser hipnotizado dices la verdad.
Todo se ha demorado tanto, que no ofrendaré tu rendición a los vasos canópicos del bello ser que ultrajaste.
Por encima del bien y del mal gravita mi amor.
El paralizante dolor me varó muchos años, pero ya libre practico la limosna de amor.
Altísimo señor protegeme de las merodeadoras.
En el amorosísimo pensamiento esta mi salvaguardia.
De la devastadora y cruel carnicería que acontece bajo mis pies mantenme lejos, que ni sus yemas puedan rozarme.
Languidez de gozos robados
Láquesis que en las hilaturas de lana insertas sangre y oro, que el precio de su traidor oro sea rojo, rojísimo y terrible.
Caudal de turbios tesoros, mancha sus manos tiznalas de vergüenza.
Ruego que sea emparedada su esforzada majestad en hediondo calabozo.

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