Lecho de espinas que muyen los obreros del mal.
Entre gruñidos de despropósitos y descréditos.
Haz que no se me acerquen, que no vuelvan a mullir mi lecho jamás.
Distinguido merito, el mar de las tentaciones en calma.
Protegeme Dios mio del pillaje de los gritos.
Del absolutismo del relativismo.
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