Salitre que hiere mis ojos.
Olisqueadoras que contáis mis pasos, mis palabras, mis ruidos.
Aunque no atisbáis a colegir mis pensamientos.
Una mentira más que con el hisopo neutralizaré.
Espero escribir vuestro epitafio.
Funesto epitalamio el que os permitió y unió para procrear.
Fácilmente erosionable.
Fácilmente borrable.
Fácilmente olvidable.
Practicáis el deporte de concursir, arteras mañas de guanajo.
Hermosa miseria, relimpia, reneta, repaleta.
Coyotes que nunca traspasareis las puertas de la gloria.
La santidad solo esta presente en vuestro venenoso nombre, Habas de San Ignacio.
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