Hoy me he despertado con el sobresalto de una bandada de pájaros-ojos, que libaban con fruición en el estanque de lo indiscreto eróticas e intimas caricias.
Bellos ojos alados con plumas de faisán, con chillones colores de guacamayo, con la gracia del movimiento ligero de un colibrí, y el chisporroteo de un chochín.
Iris esponjosos de azul pavo real, alados con sombras verdes, fucsia, metálicas, moradas. No me volváis a sobresaltar más.
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