Son sus labios quemaduras deliciosas y malditas.
Magnético y voraz amante.
Delirio ardiente de placer.
Más en el, es supinamente más.
Matearé el exagerado rubor de mi piel.
Estoy sofocado solo por pensar.
Ahogaré el hondo suspiro para engañar, aunque no me engañaré.
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