Ver para creer y en el cree un nuevo desencanto sufrir.
Maleable como barro tierno.
Dúctil y acomodaticia es mi exquisita educación.
Que fácilmente me expongo a la traición.
Con que temeraria osadía abro una y otra vez mi pecho.
No escarmiento en la herida que me llaga.
No impongo cautelas ante tanto tropiezo.
Pero sigo en pie aunque leso.
Enfermo de amor.
Enfermo por un amor que me enferma.
Irredento es el sino de mis tropiezos.
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