Son las puertas mal cerradas las que posibilitan que entren ladrones, escándalos, extorsiones.
En la nueva etapa sin cerrar bien las anteriores.
Anochece en esta vorágine salvaje y por mis puertas mal cerradas se cuela el aire.
En esas salas guardo golpes, palabras, crímenes, soldados de plomo, muñecas de trapo, vicios y el pañuelo que seca mis lagrimas, esas que me delatarían y conllevarían el derribo de las torres de mi estrategia.
Salones del inframundo, cuevas de autoinfringida tortura.
Camerinos donde bajo siete llaves me acicalo y recompongo para ganar mis guerras.
Entra frío por las puertas de las salas donde soy yo sin artificio, donde soy vulnerable, fácilmente herible, carnero rendido por las zarzas.
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