Pintaré de bermellón las infamias para verlas desde lejos venir.
Cárcel de madreselvas.
Que custodia el esbelto lebrel.
Decidle rabilargos, al que me ronda, que no esconda las maculas de su capa pluvial.
Huelo a sangre, a mi sangre, a sangre filial.
Esconde el crimen la raposa celosa y es el celo de la raposa, tan grande, que lo castigaré sin que salga de su boca, el reconocimiento de la mancha.
Más la mancha tilda.
Más la mancha habla.
Y vosotras golondrinas espinarías, sabéis de lo que hablo.
A pesar de que vuestras manchas son de ayuda, son manchas de amor.
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