No es mi reino lo inmediato.
Es la cárcel de la agonía.
El denso aroma del llanto.
Las estancias por las que se esparce el polvo de tu ausencia.
Es volar en círculos alejándome y diciéndote adiós.
Se pierde tu estela y se distancian tus latidos, quedan silenciados en el nuevo inerte estado.
El polvo sobre el polvo y la levedad al cielo.
Estrellas que mis ojos ven brillar con la luz del día.
Ha salido tan pronto tu vuelo.
y no domino la clave de tus sueños y para comunicarme en el reino onírico contigo tengo que entenderla.
Estas ya donde no habita el olvido, ni el tiempo, ni la memoria.
Letanía de barros, tierras perennemente roturadas para nuevos cantaros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario