Tu metralla no me mata, solo me desgasta.
Es tormenta de arena que mina mi solitario disfrute.
En al fabrica de palabras, nada erosionas.
Renglones en el más allá porque en este no tengo prensa.
Persigo la aisladora opción.
Ermitaño, anacoreta.
Disfruto del sin disfrute.
De la privación máxima.
Quien de nada, ni nadie depende en este mundo agónico, ya ha alcanzado la gloria.
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