Me lameré las heridas, necesito sanar, reposo, fuerza.
El mañana será duro y necesito estar erguido.
Firme, en pie, cara al sol.
Al sol de la mañana, al sol más cegador.
El que los zafios no soportan porque pone luz sobre el acarcavado paisaje de su rostro, curtido a base de perpetrar ultrajes.
Mañana caminaré de nuevo, hoy tras el empujón y la estrepitosa caída necesito sanar.
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