Abrigos de parda roca en los amaneceres de bostezos.
Estragos de adormidera.
Farruca bulla de humo.
Está tan próxima mi mano de las fauces del rabioso que siento el calor de sus babas.
Verdugos que segáis vidas de mártires. ¿Qué cielo queréis alcanzar?
Es el agrio olor de los manipulables y desinstruidos jóvenes.
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