Empeñadas en volverme loco están las gordas con puntillas que parecen mesas camillas.
Convence el granel, las garrafas de manteca.
Llora el tocino llanto de sebo.
Lagrimas de rata aceitosas y pringosas.
Que devastadora es la empatía que genera la gordita turiferaria y sarasa.
Sarna, asma, acusma de malas mondongas que en el ruido de pucheros tiznados atención reclaman y consiguen.
Que grasa en mi perseguís si magro soy y lana no tengo.
Diabólicas gordas que no entraríais en el cielo ni por la puerta más grande.
Gordas de la puñeta, del pelo frito y pajizo, de las raíces negra y la negra alma, tragareis los esputos que hoy esputáis, porque Dios existe y además memoria tiene............
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