Tañen las campanas con gemidos de muerte.
Tañen mientras se quiebran estrepitosos los castaños.
No has sido velado y ya tu herencia funden.
Chalanes a los pies de tu cama tus pinares y olivares venden.
Lo mucho que ahorraste, hoy tus herederos malvenden.
Dilapidan los hijos de tu sangre.
Tu privación es su capricho.
Tu sudor su juerga.
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