Es la furcia bizca la que marca el futuro y las horas.
Entre malestares de buche muy lleno y su apetito por generar calamidades.
Asomadas al balcón de los tumultos ventiláis miserias y flatulencias.
Temen los ingenuos vuestro mascullar.
Demoledores caninos que se ceban en tiernas e indefensas presas.
Rameras hijas de rameras y de prole ramera.
Bocas de babas rabiosos que se cierran con fuerza cuando pillan cacho.
Perfumadas en vinazo vais a misa envueltas en pieles de congéneres.
Zorras vestidas de zorras y de tufo violento.
Dios no se queja cuando vuestras bocas tras comulgar le trituran violentas.
Pero yo no soy Dios y vuestro ser me asquea y violenta.
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