Amenazados por la fe, por el credo, por seguir la justicia.
Intentan atenazarnos rindiendo cuerpos, voluntades humanas.
Así no se doblega la fe, que se crece en la adversidad, en la persecución.
Blanco de las iras por ser blanco, puro, níveo.
Es el precio de seguir el camino recto, que el que da tumbos te apedree.
Meandros de miseria donde se esconde el delincuente.
El que defiende su delito a la sombra de una fe que diezma al honrado.
Nunca enterraré a mis mártires en catacumbas, los expondré al sol, al sol del modelo a seguir.
A la luz de mi Dios que de flaquezas saca fuerza y de la adversidad victoria.
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