La belleza está en la tragedia.
En el acertado menoscabo.
Sublimada decadencia de cretonas ajadas.
De pájaros que la humedad metamorfosea.
De bronces que patinan las frías corrientes de las puertas desvencijadas.
Estucos de desvaídas carnaciones, pálidos de tanto amar.
La belleza de haber tenido y perder.
Torres de arena de oro que oxida la fina lluvia de nostalgias.
Nostalgias del fulgor de ayer.
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