Te convencerá
Y el mal, abrió de par en par la puerta del evangelio y entro en la basílica, sonriendo con lascivia de ramera. Mercadear es su fuerte, su viperina lengua de palabras y cadencias almibarosas te convencerá, como a tantas almas frágiles que saturan sus tórridos reinos. No le escuchéis que su pregón grato solo abre una puerta. Y esa puerta, para la eternidad a las almas cándidas desgracia.
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