Ay de los que buscáis el brillo de las sacristías.
El destello de la luz de los santos, con los papos llenos de embustes.
Borrachas de vino dulce entre lamparillas.
Es vuestro teatro rastrero y solo al necio engaña.
Desfiláis con mensajes a reyes envueltas en el blanco níeveo robado a un Ángel.
Sepultureras cinerarias que con destrezas de majorette camináis entre las filas de cirios.
Porteadoras de últimas y opíparas cenas.
Putas que custodiáis sagrarios.
Sois sombras aunque estéis bañadas de luz.
Forajidas en la luz que nimba a los Santos.
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