Cotorras de partido, loritos de provincias, obedientes y difusores de las consignas de la casa.
Sistema de castas blindadas, que sin la promesa de sumisión no te admiten.
Gobernados por sometidos, por cobardes que buscan el amparo de la sopa boba.
¿Genera tranquilidad este estanque? Caldo de cultivo del enriquecimiento, amasado en el manejo de la información y el poder.
No duerme tranquilo el justo, siente que no se hace justicia y siente que el atajo ilegal da más rédito que el camino honrado.
Nadie levanta la voz contra este sistema dentro de la red clientelar, de puestos que se rotan, de cargos que se nombran a dedo, de plazas que se entregan por méritos de sumisión, como pago a la camaradería del silencio, al complot, a la urdimbre tejida para con el sudor del pueblo, que cree que en democracia no se roba, medrar y beneficiar solo a lo propio, a mi sangre, a los míos, a mi querido partido.
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