La debilidad genera ira.
Las fisuras violencia.
Ambas generan terror.
Fogatas con las que espantar a los mansos.
Fiestas en los mataderos, entre la sangre de los corderos.
Con la soberbia que da no tener la razón.
Y enmascarar en lo ilógico el aquelarre de insultos.
Vítores a las manos manchadas de sangre.
Vítores a las fieras que sin pestañear, ni remordimiento desmembraron infantes.
Carceleros y verdugos estrellas del firmamento de las matanzas.
Como no tener fisuras en la fe, en el amparo del inocente, que sufre esta agria lacra.
No es negro el futuro, es rojo como la sangre que para imponerse derraman los totalitarios.
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