El alto precio que entraña no saber vender los logros.
El ciudadano de a pie no percibe la realidad, percibe una realidad digerida por alguien.
Ese elegido procesa, sesga y tilda el nutriente, alimento que sostiene unida la familia o bando político.
Si no eliges bien a las voceros y a los cirujanos plasticos de tu campaña estas perdido.
No es cambiar, mejorar, hacer bien las cosas o las tareas encomendadas.
La clave esta en saberlas vender.
En la cúspide termina el mejor comercial de mentiras de partido.
Miedo nos da el perverso sistema, a los que con nuestros intestinos asimilando información, imagenes. palabras y libros, contribuimos.
En el templo del pueblo mercadean los intereses de los chanchullos de los bandos, camaradas del beneficio propio, asociados para con la ley delinquir.
Así nos va, quien bien gobierna no se sabe vender y el fracasado vende el fracaso como un gran éxito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario