El canto de los sirénidos me arrastrará a la muerte.
Entre columnas basálticas y graznidos de gaviotas carroñeras.
Seré fiel toda la vida, fiel a tu infidelidad.
Depredadores nimios que en el hurto en grupo prosperan.
Sombra de múltiples, que multiplica su maldad en la virulencia trazada.
No deja de tañer el bronce ante tanta muerte.
Aunque nos dispersemos para hacer más difícil la diezma.
El mal aun en la dificultad, siempre diezma.
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